Cambio magia por deberes


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En realidad no son trucos de magia, sino verdaderos experimentos científicos. Pero a la tribu les parece pura magia y a nosotros también, sobretodo porque les sirve de motivación para hacer los deberes en las tardes más difíciles.

Hay tardes en las que la motivación interna para hacer los deberes desaparece. Ya sea por cansancio, desilusiones, peleas o simplemente porque es mal día, hacer los deberes se vuelve una hazaña imposible. En esas tardes hay que desempolvar la varita mágica, levantar la voz y decir ¡¡¡Cambio deberes por truco de magia!!! ¡El que quiera que vaya trayendo mortadela y Betadine!

No traerán nada porque entre tanta pelea o ensimismamiento no se habrán enterado de nada. Pero os aseguramos que vendrán casi de inmediato para ver qué es eso tan raro que les estamos diciendo. ¡Y, en ese momento, ya habrán caído en la trampa! Como por arte de magia, la espiral negativa en la que había caído la tarde se romperá, focalizarán la atención en otra cosa y encontrarán una motivación para hacer los deberes.

Vino y agua que se intercambian de vaso

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No importa cuántas veces lo hagamos, siempre les vuelve a maravillar y acaban pidiendo otra más. Con este truco veréis como el agua y el vino se intercambian de vaso sin mezclarse. ¡Alucinante! Solo necesitas dos vasos de chupito, agua, vino y una tarjeta de plástico tipo carnet (nosotros utilizamos el DNI). Llena los vasos hasta arriba con cada uno de los líquidos. Luego tapa el vaso del agua con el carnet y dale con cuidado la vuelta hasta haberlo situado exactamente sobre el vaso de vino. Ahora llega la magia: desliza suavemente la tarjeta para que quede una pequeña rendija entre ambos vasos. ¿Ves como los líquidos van cambiando de vaso? En un ratito ambos líquidos habrán cambiado por completo de posición sin mezclarse. ¿Vale para empezar con los deberes de mates, no?

Mortalela de la mala o jamón del bueno

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Este “truco” es uno de los más fáciles y vistosos que podréis encontrar, y en casa se ha convertido en el truco especial de la pequeñita, ya que ella “chola” consigue que la mortadela cambie de color. Sólo necesitas una loncha de mortadela (cuanto más mala mejor), una de jamón york (cuanto más bueno mejor) y Betadine. Echa unas gotitas de agua en cada loncha y pinchales un poco, para que liberen los jugos. Luego vierte unas gotitas de Betadine en cada una de las lonchas. ¿Ves las marcas azules y negras en la mortadela? Es la reacción del yodo y el almidón. Por eso, si el jamón que habéis comprado es bueno y no tiene fécula de patata no reaccionará con esos colores; en cambio, la mortaleda mala, que lleva mucha fécula de patata, se volverá azul. Si con esto se animan a seguir con los deberes de lengua deja que tu cocina se convierta en un laboratorio y prueba este mismo experimento sobre un cuenco con harina, otro con arroz, azúcar…….¿Veis cómo reaccionan?

Huevos que botan

Publicamos este experimento en nuestro Instagram en la pasada pascua y a juzgar por las fotos que algunos nos enviasteis es uno de los más divertidos para los niños. Consiste en dejar sumergidos huevos frescos en vinagre durante 24-48 horas. Nosotros también teñimos el vinagre con unas gotitas de colorante alimenticio, para que el experimento quede más chuli. Al cabo de 48 horas veréis que el huevo ha perdido la cáscara y está recubierto por una membrana casi transparente. Y llega el truco: el huevo bota cuando lo dejas caer unos centímetros sobre la mesa. En cambio, si lo dejas caer desde más arriba verás que el huevo se rompe (esta última parte mejor sobre la pila del fregadero, papis); realmente estaba crudo por dentro. Si tenéis mayores en casa que estén estudiando química probablemente descubran fácilmente que el truco tiene mucho que ver con la reacción entre el calcio y el acido acético.

¿Quién es más fuerte?

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El truco especial para esas tardes en las que el salón de casa parece una batalla campal y los tres hermanos se han enzarzado en una tal pelea que cuesta distinguir pies y manos en la bola que hay rodando en el suelo. Entonces nos unimos a la tarde de fuerza y decimos“¿Queréis saber de verdad quien es el más fuerte? ¿Os atrevéis?”Parece que va a ser Mencía (la pequeña de la casa)”.

Para este truco necesitas dos palos de escoba y una cuerda resistente; y tres personas (es más divertido si una de ellas es menor). Situa los palos en paralelo, como en la foto; ata la cuerda en el extremo de uno de los palos y vete pasándola de uno a otro en zig-zag, como unas cinco o seis veces. Deja el extremo de la cuerda que no está atado libre y dile al pequeño de la tribu que lo coja. Ahora los dos mayores tendrán que situarse en los extremos y coger los palos, uno con cada mano. Tendrán que demostrar que son más fuertes que el pequeño intentando mantener los dos palos separados. El pequeño mientras tanto tendrá que tirar de la cuerda intentando que los palos se junten ¿Quién ganará?

Como os decíamos al principio, estos “trucos” son verdaderos experimentos científicos, con explicaciones subyacentes que hablan de velocidad, densidad, reacciones químicas, etc. Podéis encontrarlos todos en la colección de libros de Javier Fernández Panadero (¿Por qué el cielo es azul?; ¿Cómo le explico esto a un extraterrestre?; Experimentos para entender el mundo o ¿Por qué la nieve es blanca?”), que nos propone convertir nuestro mundo en un laboratorio y acercarnos a la ciencia de manera divertirá.

Esperamos que paséis un rato divertido practicando estos «truquillos». Feliz fin de semana!

 

Niños, empatía y el don de la inoportunidad


Empatia y niños inoportunos

Hay días que todo sale mal. Empiezan con una reunión larguísima en el trabajo, un informe inesperado que ha de salir urgentemente y un dead-line que se adelanta y rompe la planificación de la semana. Continúan con un ¿Plátano para merendar? ¿Otra vez? Jooooo, dos actimeles derramados en la alfombra del salón, todos los disfraces tirados por el suelo en menos de cinco minutos, la mitad del agua fuera de la ducha, una pelea por ver quién coge la rebanada de pan más grande y muchas miguitas de pescado por el suelo. Y terminan con un ¡Ya está bien! ¡Estoy harta!

Cuando en la cama haces balance del día y te preguntas qué has hecho mal para que tres niños te hayan hecho perder tanto la paciencia te das cuenta que realmente sólo estaban siendo niños haciendo y diciendo cosas de niños. Pero cada pequeña cosa de niños que iban haciendo caía en un vaso que ese día tenía mucha presión, añadiendo así aun más burbujas a un volcán a punto de estallar. Pequeñas cosillas de niños que otro día no hubieran tenido la más mínima importancia o incluso nos hubiesen arrancado una sonrisa (¿a quién no le hace gracia que una pequeña de tres años quiera ducharse “chola”?) pero que ese día nos hacen terminar de perder la paciencia y estallar.

¿Tienen algo de positivo estos días? Son grandes días para aprender a gestionar emociones, niños y mayores.

Ya no puedo mas 2 Ya no puedo mas 3 Ya no puedo mas 4 Ya no puedo mas 5

Para los mayores son días en los que aprender a decirles a nuestros hijos cómo nos sentimos, un simple “hoy estoy cansada, estresada y un poco de mal humor”, contarles que el día en el trabajo no ha ido bien y pedirles ayuda.

Para los niños son días estupendos para darse cuenta de que mamá no es perfecta, que también tiene días malos en su “cole” y que también está de mal humor de vez en cuando. Y, sobretodo, son días perfectos para practicar la empatía y mitigar el “don de la inoportunidad”. En la vida se van a encontrar con muchas ocasiones en las que el silencio vale más que las aportaciones y en los que, si de verdad han aprendido a interpretar los sentimientos de los demás, sabrán que es mejor no presentar un proyecto o solicitar un aumento de sueldo. Y desde luego sabrán que no son días para llevarle la contraria al jefe o a un cliente.

Enseñémosles a detectar esos días en los que es mejor no añadir más burbujas innecesarias al volcán en erupción que en esos momentos pueda ser su jefe, su compañero de piso, su amigo, su pareja o su profesor. ¿Cómo? Pues en primer lugar haciéndoles ver que no hay nadie perfecto en este mundo y que todo aquel con el que se tengan que relacionar atravesará días buenos y días malos. Que todo el mundo, al igual que ellos, es como un pequeño volcán en el que las emociones se relacionan. Que hay días en los que las emociones negativas tienen tanta fuerza que el volcán está a punto de estallar. Y que, en esos días, lo mejor que pueden hacer es regalarle a esa persona emociones positivas o, si no pueden, por lo menos no añadir más presión al volcán.

En definitiva, que en la vida tener empatía también es “no ser inoportuno”. Para que los peques puedan visualizar como actúa el “don de la inoportunidad” os proponemos fabricar un volcán casero con un experimento que les va a encantar (preparad ingredientes de sobra porque van a querer que el volcán entre en erupción una y otra vez).

Experiment collage

Sólo necesitáis:

  • Una botella de plástico pequeña o un vaso de agua alto.
  • Agua
  • Dos cucharaditas de bicarbonato.
  • Un cuarto de vaso de vinagre
  • Colorante alimenticio (este ingrediente es opcional, aunque les encanta ver cómo el volcán tiene diferentes colores).

Llenad la botella de agua hasta un poco más de la mitad. Añadid el colorante y removed. Añadid las dos cucharaditas de bicarbonato. Y finalmente añadir el vaso de vinagre y veréis como empieza a salir lava por el volcán.

Ah, mucho mejor si hacéis el experimento encima de una bandeja, porque si no se va a poner todo perdido.

Si de vuelta a la rutina tras las vacaciones estáis en una de esas tardes horrorosas en que todo parece ir a peor, no lo dudéis, ¡a por el volcán!

Sed felices

 

Finde jurásico


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¿A vuestros niños les gustan los dinosarurios? ¿Y los pequeños animalitos de goma? Pues entonces bienvenidos a un fin de semana jurásico en el que los peques se convertirán en paleontólogos en el salón de casa.

Nuestra aventura jurásica comienza excavando dinosaurios en una roca dulce, con martillo y pincel.

Excavando 1

Trabajo con pincel 2

Si los dinosaurios no existen ¿Cómo podemos saber que existieron? Ahhhhhhh, los fósiles. ¿Por qué no preparar nuestro pequeño fósil y convertirnos en verdaderos paleontólogos?

Con 3 claras de huevo, azúcar y animales de plástico podemos sorprender a los niños con una piedra muy dulce en la que excavar fósiles de forma totalmente inofensiva y jugar a ser verdaderos paleontólogos.

Es muy sencillo, sólo hay que preparar un merengue muy crujiente en el que habremos metido dinosaurios de plástico que los peques tendrán que excavar poco a poco.

General 1Necesitamos:

  • 3 claras de huevo.
  • 150 gr. de azúcar glas.
  • Un molde de horno rectangular (no muy grande).
  •  Figuritas de plástico de dinosaurios (nos gustan las de la marca Schleich que podéis encontrar en Dideco o Imaginarium; son muy resistentes por lo que tanto la goma como la pintura aguantan perfectamente el horneado). Como solo teníamos un dinosaurio metimos también un cocodrilo, que al fin y al cabo son casi primos.

Montamos las claras a punto de nieve hasta que estén muy espumosas. Después vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas, batiendo en todo momento. Precalentamos el horno a 140º.

Y ahora viene lo mejor, nuestra familia de dinosaurios estaba tan ricamente en una pradera (mete los dinosaurios en el molde) cuando……..¡zas! un montón de ceniza volcánica los cubrió por completo (vierte el merengue poco a poco en el molde, asegurándote de que los dinosaurios quedan completamente sumergidos, preferiblemente en el centro del molde).

Y así pasó el tiempo, y pasó…….y se convirtieron en fósiles (Baja la temperatura del horno a 100º y deja hornear el merengue durante 1 hora aprox.)

perspectiva lateral

No pasa nada si el merengue se tuesta ligeramente por encima, quedará incluso más bonito al dar la sensación de ser una roca. Al sacarlo comprueba que el merengue está duro. En caso contrario déjalo hornear algún tiempo más. Déjalo enfriar en el horno con la puerta abierta hasta que el merengue esté completamente frio.

Cuando nuestra roca se haya enfriado estará lista para las operaciones de excavación. Martillos preparados, brochas listas….¡Comienza la tarde de paleontólogos! Por aquí mientras unos excavaban otros comían roca ;).

Excavando 3

Trabajo con pincel Dino folisizado

Si a vuestros peques les ha gustado la experiencia podéis continuar la aventura jurásica en el Museo de Ciencias Naturales. Es el primer museo que nuestra tribu conoció y uno de sus favoritos. Es pequeño, cuenta con muchos recursos interactivos y la temática es una de las preferidas por todos los niños, prehistoria y dinosaurios.

Además, organizan muchas actividades en familia que podéis encontrar en su web. ¿Sabíais que organizan cumpleaños para niños? Los hemos probado y nos parecen chulísimos. Lo que no sabíamos era que hacían acampadas nocturnas en el museo ¿Suena bien, no?

Disfrutad de vuestro finde jurásico.